Tanto el ayuno intermitente como entrenar en ayuno son dos hábitos que se han puesto de moda últimamente. Si bien es cierto que ambas prácticas son muy beneficiosas para nuestro organismo en su totalidad, existen variantes que hacen que tanto ayunar como entrenar en ayuno sea más placentero y beneficioso, como así también que pueda convertirse en un hábito a largo plazo.
A su vez, todo depende del objetivo de cada persona. Hacer ayuno y hacer ejercicio en ayuno puede variar según qué es lo que cada persona está buscando, por lo tanto existen opciones para llevar adelante cada una de estas prácticas de un modo más útil para cada objetivo.
En este artículo te detallaremos todo lo que debes saber sobre cuándo entrenar si estás haciendo ayuno dependiendo de tus objetivos y tus plazos.
Ejercicio y ayuno
Cuando hablamos de hacer ejercicio, hacerlo en ayunas es beneficioso para quemar grasa, ya que la enzima lipasa (que produce nuestro organismo cuando debemos procesar las grasas) nos ayuda a destruir la grasa almacenada en nuestro cuerpo.
Por lo tanto, si estás pensando en bajar de peso, hacer un detox o darle un reset a tu organismo, ir a entrenar antes de desayunar te va a servir mucho para eso. Estarás utilizando toda la grasa almacenada en tu hígado para luego acudir a las reservas que se encuentran en otras áreas.
Si quieres sentirte más liviano a la hora de tu entrenamiento, hacerlo en ayuno te ayudará a lograrlo. Si vas a realizar ejercicios aeróbicos que requieren resistencia, hacerlo en ayuno puede optimizar los resultados de estas actividades.
Cuándo no hacer ejercicio en ayuno
Ahora bien, si no estás pensando en bajar de peso o desintoxicarte y por el contrario, tu objetivo es ganar músculo, fuerza y tamaño, es preferible que desayunes antes de entrenar, de este modo tendrás mucha más fuerza para hacer tus ejercicios anaeróbicos.
Otro caso en el que no es recomendable entrenar en ayuno es cuando eres de presión baja, tiendes a descomponerte, desvanecerte o desmayarte cuando pasas muchas horas activo y sin comer. En estos caso aprovecha para ayunar durante las tardes, noches y horas de sueño, para luego romper el ayuno con el desayuno antes de entrenar.
Escucha a tu cuerpo
Así como existen diferentes tipos de ayuno intermitente, como ser el 12:12, 14:10, 16:8, 20:4 y ayuno OMAD, en los que las horas de ayuno se van extendiendo según los beneficios que quieras obtener de la autofagia o cetosis, también existen ciertas actividades que son más amenas estando en ayuno y otras que no.
Tanto al momento de elegir las horas de ayuno que harás, como las actividades físicas que harás en ayuno, es muy importante que hagas consciente cada sensación que se genera en tu organismo, de modo que puedas registrar los límites que te está poniendo tu propio cuerpo.
Hay quienes se sienten fuertes y con mayor energía estando en ayuno y es por eso que pueden entrenar en este estado, pero otras personas pueden descomponerse y corren el riesgo de accidentarse, por eso intenta probar tu resistencia de manera paulatina.
Recuerda que cada cuerpo es diferente, y la genética, la cultura, las costumbres y los hábitos definen una tendencia que si quieres modificarla, requiere de disciplina, constancia, persistencia, voluntad y sobre todo PACIENCIA.
Por eso comienza con un ayuno no tan prolongado, con ejercicios livianos en ayuno y ve escuchando a tu cuerpo para saber cuándo seguir y cuándo parar.
¡Éxitos en el proceso!
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