Hoy en día nadie sabe distinguir cuando tiene hambre y cuando está saciado, comemos condicionados por horarios y no por necesidades propias, horarios que nos impusieron en la infancia, horarios que no son equivalentes a nuestras necesidades de energía. Confundimos el hambre con antojos, con el apetito y las ganas de comer. Pero es curioso que de adultos cuando decidimos comer sano también quieren imponernos horas, cantidades exactas de calorías, número de comidas diarias. Pero ¿Acaso alguno de ustedes orina todos los días a la misma hora y en la misma cantidad?. Claro que no, porque nuestros cuerpos no son máquinas, y así mismo pasa con nuestras energías, un día tu cuerpo pedirá más
comida y otros días menos... algunos días te dará hambre 3 veces al día, otros días solamente 2 veces. También están las comidas ultra procesadas que nos hacen comer y comer sin saber cuando parar y nos generan adicción por su alto contenido de carbohidratos y azúcar, evitarlas siempre para no caer en la sensación de hambre infinita. La clave está en comer cuando tengas hambre, hambre real, y comer hasta quedar satisfecho.
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