Reducir drásticamente la ingesta de azúcar y comida procesada, limitar las cantidades de carbohidratos y volver a comer una cantidad mayor de grasas saludables, nos llevará directo a vivir una salud física y emocional óptima.
Simplemente se trata de volver un poco a los inicios de nuestra historia como humanidad y tomar de allí algunos rasgos de la alimentación que dejamos en el pasado, tras la aparición de los alimentos ultra procesados y los granos siglos atrás.
Recordemos que las células del cuerpo humano requieren un flujo constante de energía para mantener su actividad; por lo tanto, la primera fuente que utilizan es la glucosa que está en la sangre y otros tejidos.
Como para que te des una idea, el cuerpo entiende que las grasas depositadas en nuestro cuerpo son reservas, así que no va a utilizarlas como combustible hasta que primero no haya gastado toda la glucosa disponible.
Recién cuando dejamos de comer o eliminamos ciertos alimentos de nuestra dieta y se le acaba a las células la glucosa disponible en nuestro cuerpo, el cuerpo descompone estos ácidos grasos y comienza a consumirlos, por lo tanto bajamos de peso.
Implementación de la dieta keto
Hasta hace apenas unos años, la dieta keto solo se empleaba en el entorno médico y hospitalario para tratar a niños con epilepsia y otras personas con determinadas enfermedades neurológicas.
Esto comenzó a suceder en la comunidad médica luego de que se comprobó que la frecuencia e intensidad de las crisis epilépticas disminuía significativamente, y que la evolución de las enfermedades neurológicas mejoraba considerablemente en los pacientes que llevaban esta dieta.
Además, muchos profesionales de la salud observaron otros efectos asociados, como mejora cognitiva, de atención, de energía y de humor; disminución del porcentaje de grasa y mejora de la composición corporal.
Suplantar los carbohidratos por grasas saludables
Cuando utilizamos principalmente carbohidratos como fuente de energía, nuestras células queman la glucosa que estos alimentos contienen.
El azúcar, que contiene glucosa, es una fuente de energía muy común en el tiempo moderno y en las dietas occidentales. Pero a diferencia de la producida por las grasas, la glucosa como fuente de energía es negativa para nuestra salud.
Esto es así debido a que en el proceso de combustión de la glucosa, se producen muchos de los llamados “radicales libres”. Sustancias dañinas para nosotros que están detrás de enfermedades como el cáncer, la inflamación crónica o el envejecimiento prematuro.
Por lo tanto, cuando ingerimos grandes cantidades de azúcares, que están presentes en frutas, harinas y otros alimentos ricos en carbohidratos, el páncreas trabaja sin descanso en la producción de insulina. Además, podemos sufrir elevaciones bruscas del azúcar en la sangre, lo que desgastaría aun mas a este órgano.
Por eso las dietas altas en carbohidratos, y especialmente carbohidratos de alto índice glucémico, se asocian con el desarrollo de resistencia a la insulina y diabetes.
Para evitar estos problemas, una opción saludable es suplantar los hidratos de carbono que se encuentran en azucares (frutas, jarabes, endulzantes), fibras (frutas, harinas y legumbres) y almidones (legumbres, harinas y granos), por grasas.
Beneficios de una dieta cetogénica
Una alimentación cetogénica, que prioriza las grasas en mayor medida, las proteínas en un porcentaje menor y reduce significativamente los hidratos de carbono, estabiliza las hormonas que regulan el apetito. También prioriza los procesos metabólicos que aceleran la combustión de grasas y aumenta la sensación de saciedad. Por lo que la disminución de peso será evidente.
Además, al disminuir la grasa corporal, el porcentaje relativo de masa muscular con respecto a nuestro peso aumenta. Esto mejora la función de la mayoría de los órganos, aumenta la movilidad osteoarticular y limita el riesgo de daño articular gracias al refuerzo protector de la musculatura para el esqueleto.
Una dieta cetogénica disminuye la fatiga mental y aumenta la capacidad de concentración. Se ha comprobado que cuando tu cerebro utiliza cuerpos cetónicos como fuente de energía, es menos propenso a sufrir enfermedades degenerativas, como la falta de concentración, la pérdida de memoria o las enfermedades seniles.
Por otro lado, una dieta baja en carbohidratos ayuda a reducir el estrés oxidativo. También mejora el sistema cardiovascular, porque el corazón y el complejo sistema vascular son especialmente sensibles a los efectos oxidativos de las dietas altas en carbohidratos.
Evitas la adicción a los carbohidratos
La adicción a los carbohidratos puede hacerte sentir debilidad física, hambre y falta de concentración. Pero peor aún, puede alterar tu estado emocional. Cuando tu cuerpo no está adaptado a utilizar grasas y depende de esa droga constante de glucosa como fuente de energía, necesita comer muy frecuentemente y si no lo haces, sientes decaimiento.
La explicación científica de este fenómeno, es que el consumo de carbohidratos genera subidas y bajadas de la glucemia en sangre. Esto se traduce a estados de euforia seguidos de decaimiento generalizado y sensación de debilidad, que conduce a los antojos y al aumento de peso.
Ventajas de la dieta keto
Pérdida de peso ya que acaba con los antojos.
Colabora a la mejoría de la diabetes tipo 2.
Ayuda a prevenir los síntomas de problemas digestivos.
Notarás una normalización de la presión arterial.
Reducción del acné.
Resistencia física y rendimiento deportivo optimo.
Esta dieta sirve para el control de epilepsia.
Ayuda a mejorar los síntomas del síndrome de ovario poliquístico.
Notarás una reducción de crisis de migrañas.
Grasas saludables para la dieta keto
Para llevar una alimentación saludable y elegir los alimentos mas beneficiosos en tu dieta keto, puedes incluir en tu dieta:
Aguacate.
Nueces y almendras.
Semillas de lino y calabaza.
Pescado azul.
Aceitunas y aceite de oliva.
Mantequilla y aceite de coco, entre otros alimentos.
Recuerda que deben evitarse a toda costa las grasas ultra procesadas que provienen de la hidrogenación, que convierte los aceites en sólidos y evita que se pongan rancios. Estas grasas no tienen beneficios para la salud y elevan los niveles de colesterol malo en la sangre mientras reducen el colesterol bueno, lo que aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca.
Las grasas hidrogenadas se encuentran en la mayoría de los alimentos ultra procesados ya que estas le dan volumen, sabor, y son muy adictivas. Por lo tanto, evita este tipo de alimentos, como comida rápida, y comidas congeladas de supermercado, por ejemplo.
Además, recuerda la importancia del consumo de proteínas, ya que las proteínas desempeñan un papel fundamental en el organismo. El consumo de proteínas en la dieta ayuda al cuerpo a reparar y producir células y estas son esenciales para el crecimiento y mantenimiento de diversos tejidos. A su vez, ayudan a transportar determinados gases a través de la sangre, como el oxígeno y el dióxido de carbono.
A las mismas, las encontraras en alimentos como el maní, las almendras, los huevos y las carnes, entre otros alimentos.
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